La llegada de la primavera es sinónimo de lluvia. En abril, aguas mil. No solo en esta época del año podemos vernos sorprendidos por alguna tormenta. El agua nos obliga a tomar precauciones si vamos a conducir. Por ello, es importante saber qué tenemos que tener en cuenta a la hora de ponernos frente al volante con unas condiciones climatológicas adversas.

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Conducir bajo la lluvia, una actividad frecuente

No es tan inusual el hecho de conducir bajo la lluvia. Da igual el mes o la estación en la que nos encontremos, no estamos libres de sufrir una tormenta. Podríamos decir que es una actividad “frecuente”, ya que aquí entra en juego la zona en la que residas. Con lo primero que tenemos que llevar cuidado es con el agua que pueda entrar a nuestro vehículo. Si el coche está en una zona en la que existe un mínimo riesgo de inundación, mueve el vehículo a un lugar seguro.

Como ya sabrás y te habrán explicado en miles de ocasiones, los primeros instantes de lluvia son los más peligrosos. El agua se junta con el polvo de la calzada y el resultado es un asfalto de lo más resbaladizo. De manera que nada más empezar a notar las precipitaciones debemos circular con más precaución y reducir la velocidad de nuestro coche. De la misma forma, la lluvia reduce la luz ambiental, por lo que es conveniente encender las luces de cruce.

Distancia de seguridad y charcos

Con los primeros pasos ya dados, pasamos a algunas recomendaciones que desde Wallscar consideramos imprescindibles. En primer lugar, la distancia de seguridad. Si el asfalto está mojado, la distancia de frenado aumentará. Esto significa que podemos sufrir una colisión con el vehículo de delante si no guardamos una distancia mínima de seguridad. Aunque no lo creas, todos podemos tener un despiste. El agua te puede jugar una mala pasada y cuando quieras darte cuenta será complicado frenar debido a las condiciones de un asfalto mojado.

Recuerda también desempañar tus cristales. Con todas las ventanillas cerradas, suele ser habitual el empañamiento. Nos quedaría hacer un repaso por los charcos. Pasar a mucha velocidad a través de un charco nos puede costar caro. Los neumáticos pierden contacto con el asfalto y, en consecuencia, nosotros terminamos por perder el control de la dirección del coche. Es lo que comúnmente se conoce como aquaplaning.

¿Qué tengo que hacer si pierdo el control de mi vehículo?

Si en un momento dado notas que tu coche está patinando, no pierdas la calma. Es complicado no perder los nervios, pero, en la medida de lo posible, tenemos que reaccionar sin miedo. El vehículo está patinando porque los neumáticos no han sido capaces de expulsar todo el agua que los rodea. Como decimos, una vez que nos vemos en esta situación no hay tiempo para lamentaciones, tenemos que reaccionar.

Lo primero que debemos hacer es sujetar bien fuerte el volante para tratar de tener el mayor control posible sobre la dirección del coche. Ni pienses en frenar a fondo porque bloquearás los frenos. Frena de forma intermitente. Poco a poco notarás que las ruedas recuperan la adherencia. Es en este preciso instante cuando corregiremos la trayectoria del vehículo suavemente. Ninguna persona está libre de sufrir algún día un percance, pero si desde Wallscar te traemos los mejores consejos y recomendaciones, podemos estar preparados para resolver cualquier situación.